lunes, 18 de junio de 2012

La Concepción del Facundo (Civilización y Barbarie)

José Aldao. Gobernador de Mendoza.
Obra de F. García del Molino - MHN
La muerte del fraile Aldao, en Luján de Cuyo, acaecida el 18 de enero de 1845, le brinda una magnifica oportunidad para desplegar las guerrillas de su nueva táctica. Evocando sus recuerdos personales y afianzándose en alguna documentación que tenía reunida sobre el caudillo, publica en El Progreso, en forma de folletín, durante una semana, "la vida del fraile Aldao" que, poco después, editó en un folleto con el nombre de "Apuntes Biográficos". Este libro, el primero de su género, ponía al descubierto una nueva estrategia del sanjuanino Sarmiento en su oposición a los caudillos. 
Para los historiadores que reivindican el caudillaje, los "Apuntes biográficos" de Sarmiento vienen a ser "la piedra angular del edificio fantástico, exagerado, que creó su genio imponderable." De esta manera, el historiador Semorrile, opina en 1937 desde la "Revista de Estudios Históricos" que "su fantástica y fabulosa creación novelesca, inundó el alma de las multitudes y se enseñoreó de ellas con el auxilio del pavor despertado por su ingenio y sigue y seguirá aún alimentando la fantasía inofensiva de muchos ilusos ".
La realidad es que esta obra, en el momento de su aparición, respondió tan cumplidamente al fin táctico con que era escrita, que la colonia de emigrados argentinos durante el rosismo, incitó a su autor a explotar la rica vena que acababa de descubrir.
Así fue como nació el Facundo, ese libro que ha sido traducido a cuatro idiomas, objeto de miles de transcripciones parciales en América y Europa y que haría imperecedero el nombre de su autor si su obra práctica no lo hubiera hecho ya.
Hacía tiempo que Sarmiento venía documentándose para escribir una obra fundamental sobre el caudillaje argentino, para lo cual buscaba datos biográficos de Facundo Quiroga. La publicación de Facundo o Civilización y Barbarie, que se inició en folletín de El Progreso el 5 de Mayo de 1845 fue -según cuenta el nieto del sanjuanino, Agusto Belín Sarmiento- , "interrumpida al día siguiente, sigue el 7, 8 y 9, se interrumpe el 10 y sigue el 12 hasta el 5 de junio". Fue editado poco después en forma de libro y circuló profusamente con gran aceptación, en todo Chile y muchos países de América. También en la República Argentina. Pero aquí con más dificultad, pues como relata Belín Sarmiento; "había pena de la vida para quien tuviere en sus manos algún sospechoso escrito del traidor, inmundo, salvaje, etc., Domingo Faustino Sarmiento".

Portada de la primera edición del
libro Facundo. Año 1845
A pesar de ello recibieron el Facundo en Buenos Aires muchas personas: el general Lucio Norberto Mansilla, los redactores de La Gaceta y otros funcionarios oficiales que, so pretexto de ser la obra de un loco, leíanla con gusto. Después de Caseros se encontró un ejemplar en la biblioteca de Rosas, cuya dedicatoria decía: "Señor General Don Nazario Benavidez, de su compatriota, el autor". El gobernador de San Juan había deseado demostrar a Rosas su fidelidad  enviándole el ejemplar, que quizá con ese destino le dedicó Sarmiento.
La forma como se mandó a San Juan un cajón conteniendo ejemplares del Facundo, lo relata divertidamente su nieto; El doctor pide a un médico de Santiago que escriba al doctor Aman Rawson, en San Juan, remitiéndole un cajón de medicinas. La carta decía "le remito las medicinas pedidas, es lo más fresco que se encuentra en la farmacia". Después, una larga tirada técnica sobre la "coqueluche".
Llega el envío a San Juan. El doctor Rawson abre el cajón. Un olor insoportable primero, después libros, Civilización y Barbarie. El médico mira a sus hijos, sus hijos lo miran a él; ninguno dice nada y el Facundo entra a San Juan. 


Fuente: C. Galvan Moreno, Radiografía de Sarmiento (1938), Ed. Claridad, 2º Ed. 1961.-

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